.
Año: 2023 Promotor: Particular. Localización: Camiño da Serpe_Poio
Memoria:
Pepe Vieira es uno de esos proyectos cocinados a fuego lento…. Un proceso que se ha dilatado durante 13 años en los que se mezclan la casualidad, espontaneidad y complicidad, con las ilusiones de un creador total, de oficio cocinero.
De la celebración de una boda, con la oficina recién inaugurada, surge la oportunidad de convertir las instalaciones de un complejo, dedicado a camping y restaurante, en un Hotel de la Naturaleza, frente a la Ría de Pontevedra, en Camiño da Serpe. Un lugar privilegiado, rodeado de la naturaleza más salvaje, elevado y abancalado sobre la Ría, en el que existe una edificación, compuesta por tres volúmenes prismáticos acabados en color blanco, sobre un gran sótano. Tres grandes muros de contención realizados con la piedra extraída durante su construcción configuran una serie de bancales que, de alguna manera, preparaban el espacio para acoger proyectos fututos…
El nuevo proyecto debe reformar: parte de la edificación principal para la creación de un gran lobby-recepción, un salón social con lareira, oficinas de administración, aseos y una pequeña cocina-despacho; el sótano, para albergar una gran bodega y algunos servicios auxiliares como vestuarios o almacenes; los accesos, la zona de aparcamiento y el paisajismo en general. Además, debemos ampliar las instalaciones con 14 habitaciones dobles y un área de piscina.
Pero, ¿cómo trasladar a la arquitectura las inquietudes y ensoñaciones de su promotor? ¿cómo realizar un hotel de la naturaleza siendo fiel a la filosofía de su propietario, donde cada plato cuenta una historia auténtica y de tradición, de la manera más sencilla, pero aportando su visión creativa?
La clave reside en la conexión total existente entre la naturaleza y la sencillez de su construcción. Al igual que ocurre en el restaurante, las personas que visitan este lugar no solo vienen a comer o degustar los productos recién recolectados de la naturaleza, si no que acuden para ser sorprendidos y disfrutar de una experiencia total, despojados de prejuicios. Los nuevos alojamientos deben transmitir esta misma idea.
Una serie de “galpones”, estratégicamente situados entre la naturaleza, son repartidos a lo largo de la finca y sus diferentes bancales, a través de una nueva red de senderos que comunican las estancias con el resto de las edificaciones del complejo. Se trata de 14 pequeños volúmenes prefabricados prismáticos de color blanco, únicamente abiertos por uno de sus lados, hacia las vistas, ligeramente girados unos con respecto a los otros, creando pequeños lugares intermedios, manteniendo su total independencia y privacidad. Un pequeño patio, totalmente acristalado, introduce la naturaleza en su interior, así como ayuda a distribuir los diferentes espacios sin perder la relación y conexión total con el entorno. Un cajón metálico de color negro genera la entrada, al mismo tiempo que sirve para alojar las instalaciones de cada galpón. Las cubiertas, que en este caso serán vistas desde los bancales, son ajardinadas extensivas ecológicas, en continuidad visual con la naturaleza de su entorno. Se ha optado por una construcción prefabricada por ser la opción más respetuosa con el medio ambiente, minimizando los residuos generados, movimientos de tierra, etc.
El interior, negro, trata de crear un espacio abstracto, sin referencias, con la única vocación de hacer protagonista a la naturaleza que le rodea. Un lugar donde debemos despojarnos de los tradicionales modos de habitar o alojarse, para introducirnos en un espacio en el que dormir, ducharse, comer o simplemente estar, en conexión directa con el exterior. Además, el mobiliario o la iluminación han sido completamente diseñados con el mismo objetivo. Cama, armario, escritorio, mueble bar, etc., son realizados a base de finas láminas de hierro dulce, adquiriendo una apariencia y materialidad que, de alguna manera, los descontextualiza y acerca al mundo de lo natural, desvaneciéndose del espacio.
Todo ello, ha sido acompañado de un meticuloso proyecto paisajístico inspirado en la naturaleza del entorno, alejándose de la tradicional imagen de jardín cuidado. Cortezas de pino, helechos, árboles autóctonos, plantas trepadoras, huertos o viñas nos trasladan a las raíces de nuestra cultura y de nuestros paisajes. En cualquier caso, tendrán que pasar aún unos años para que la naturaleza continúe su trabajo y el proyecto tome la forma prevista.
En cuanto a la reforma y adaptación de diferentes espacios de la edificación principal existente, se ha tratado de seguir la misma filosofía y resolver todas las actuaciones dándole al conjunto un carácter uniforme, coherente con el nuevo proyecto y con las preexistencias, algunas de ellas, recientemente reformadas. En general, el criterio es siempre el mismo: teñir de dolor negro paramentos verticales y suelos, descubrir la estructura de hormigón original, cubrir algunos paramentos de chapas de hierro dulce, cuidar la iluminación y potenciar la presencia de alguna pieza con un revestimiento de piedra de gran formato.
En el espacio destinado a recepción-lobby y salón social, uno de los paramentos verticales se transforma en una gran chimenea, a modo de lareira gallega, presidiendo el espacio, acogiéndonos en su hogar.
Por último, en la bodega, ubicada en el sótano, dejamos que la naturaleza bruta del hormigón de sus paredes luzca en combinación con el diseño de unas sencillas estanterías donde, con la iluminación adecuada, el vino será el protagonista.